Sociedad

Doomscrolling: la tendencia de las redes sociales que erosiona tu salud mental

En momentos de ansiedad como éste, todos buscamos sentirnos seguros, pero a veces nos cebamos con las historias negativas que llenan las redes las 24 horas del día y eso nos hace sentirnos aún más deprimidos.

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Publicado:30/05/2022

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Todos somos cada vez más conscientes de las muchas formas en que la sobreexposición a las redes sociales y el ciclo de noticias 24/7 pueden afectar la realidad y la forma en que nos relacionamos con ella. En los últimos meses, sin embargo, un aspecto de la vida online ha sido noticia: el "doomscrolling", un neologismo que describe la inmersión compulsiva en las malas noticias que abundan en las aplicaciones de noticias, Twitter, Instagram y Facebook.

La gente ha estado hablando online sobre este concepto desde al menos el 2018, pero con la aparición de la pandemia de COVID-19, un número creciente de personas comenzó a recurrir a las redes sociales para obtener información sobre la propagación de la enfermedad y la amenaza que representaba -con estudios que muestran que desde que comenzó la pandemia, el uso diario tanto de Facebook como de Twitter, por ejemplo, ha aumentado alrededor del 25%- y el doomscrolling se volvió viral.

Entonces, en vista de que puede parecer puro masoquismo y que sólo nos hace sentir más abatidos y angustiados, ¿por qué lo hacemos?

En tiempos de incertidumbre y preocupación, es normal mirar las noticias con la esperanza de encontrar respuestas: la evolución humana nos ha dado la necesidad de familiarizarnos con los peligros que nos acechan con el fin de estar preparados para enfrentarnos a ellos. Y es esa búsqueda de sentirnos seguros la que impulsa la necesidad de hacer doomscrolling. En una situación como la pandemia actual, muchos de nosotros estamos constantemente buscando información con la esperanza de encontrar una manera de sentirnos en control de la situación. Pero, aunque consultemos con la esperanza de encontrar noticias que nos ofrezcan certezas, lo cierto es que nos inundan con noticias negativas que aumentan nuestra sensación de ansiedad e impotencia, lo que a su vez nos hace desear más certidumbre y crea una especie de adicción.

No es de extrañar que, además de alterar nuestro estado de ánimo, el doomscrolling también nos pase factura tanto física como psicológicamente. Los estudios han demostrado desde hace tiempo la relación entre el uso excesivo de las redes sociales -estar "demasiado conectado"- y el aumento de los sentimientos de depresión y soledad. En su forma más básica, la avalancha de negatividad producida por el doomscrolling puede causar un aumento en el ritmo cardíaco, la respiración y la presión arterial y un pánico constante de bajo nivel, con efectos a corto plazo que van desde problemas para dormir hasta comer en exceso. A largo plazo, puede aumentar las hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, cuyos niveles crónicos están asociados con enfermedades cardíacas, diabetes, úlceras y obesidad. Los riesgos para la salud mental pueden incluir ataques de pánico, distorsiones cognitivas, un aumento del pensamiento rumiante y la depresión, creando el bucle de retroalimentación que mantiene a los doomscrollers haciendo scrolling.

Entonces, ¿cómo podemos prevenirlo? Los expertos dicen que un paso productivo es programar y reducir la cantidad de tiempo que pasas usando las redes sociales: usa un temporizador o una de las aplicaciones que te permiten bloquear tu fuente de noticias o cuentas de redes sociales después de una cantidad determinada de tiempo por día, limitando su uso. Así te das la oportunidad de sentirte informado sin permitir que las malas noticias te abrumen. Pero es aún más importante escuchar atentamente a tu cuerpo y a tus emociones: la agitación, la ansiedad y el estrés son señales que te indican que es hora de parar: en cuanto empieces a sentirlas, desconéctate y haz algo en el mundo real que sepas que te hará disfrutar.

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